Definición de urticaria
La urticaria es una erupción cutánea de mayor o menor intensidad. Los síntomas se traducen en la aparición de pápulas (pequeñas erupciones de la piel) y picazón. El paciente puede tener la impresión de haber sido picado por mosquitos u ortigas.
Se distinguen dos tipos de urticaria:
- La urticaria pasajera o aguda: es una urticaria de corta duración, desde unas horas hasta algunas semanas, que suele aparecer tras un periodo de gran estrés, o debido al consumo de algún alimento específico.
- La urticaria crónica espontánea (UCE): se caracteriza por la aparición de ronchas de color rojo acompañadas de picor que duran más de 6 semanas. Esta enfermedad puede afectar a una persona a lo largo de toda su vida.
Las crisis urticarias afectan al 20% de la población, mientas que sólo un 1% sufre la enfermedad crónica.
Las causas de la urticaria
Es posible que las ronchas rojas y la picazón sean consecuencia de una alergia alimentaria; en ese caso es suficiente con evitar la ingesta de los alimentos implicados en la alergia.
Las urticarias espontáneas no tienen generalmente una causa precisa lo que las hace difícil de diagnosticar y tratar por los médicos. Sufrir este tipo de urticaria es también complicado para el enfermo que nunca sabe cuando esta crisis tendrá lugar. Se trata de una enfermedad imprevisible que deforma el cuerpo y la cara del paciente. Si bien esta enfermedad no es una amenaza mortal, ésta puede tener un impacto psicológico importante que puede conducir incluso a la exclusión social de la persona.
Las causas de la urticaria crónica son difíciles de identificar, sin embargo, existen numerosos factores que pueden favorecer su aparición:
- El frío
- El sol y el calor (actividad física intensa)
- La presión (el contacto de la piel con ropa ajustada, el sillín de la bicicleta, la depilación, etc…)
- La ingesta de determinados medicamentos (antiinflamatorios)
- El estrés
- El cansancio
- La ingesta de ciertos alimentos como las fresas, el marisco, el kiwi…
Los tratamientos para la urticaria
A veces la urticaria puede agravarse provocando un angioedema o edema de Quincke; éste provoca una rápida y gran hinchazón de la piel y de la membrana mucosa del paciente. Si este edema se encuentra en la laringe, las vías respiratorias pueden obstruirse provocando una sensación de ahogo. En este caso es necesario la realización de una intubación traqueal de urgencia con ayuda de un laringoscopio, e inyectar adrenalina para liberar las vías respiratorias del paciente.
La urticaria crónica se trata con la ingesta de antihistamínicos de forma cotidiana. Cuando los antihistamínicos no funcionan, el médico puede intensificar la dosis o proponer otro antihistamínico. Si aun así el tratamiento no funciona, se deberá consultar un dermatólogo para buscar otras soluciones alternativas.
Durante una crisis intensa, se recomienda administrar corticoides al paciente pero sólo durante un corto periodo de tiempo (de 2 a 5 días). Aunque los corticoides son eficaces para combatir las crisis de urticaria, éstos no pueden ser un tratamiento básico del paciente debido a sus fuertes efectos secundarios que pueden ser perjudiciales para la salud a largo plazo.
Es también recomendable tratar los síntomas y las causas de la urticaria de forma natural, reduciendo el estrés con la ayuda de aceites esenciales y de infusiones, por ejemplo este aceite esencia de lavanda BIO que alivia los síntomas asociados a la urticaria.
Los pacientes afectados de urticaria a menudo se enfrentan a médicos poco informados sobre esta patología. Los pacientes necesitan un seguimiento a largo plazo y una acompañamiento médico y psicológico esencial para su bienestar. Numerosas acciones se están llevando a cabo en esta dirección, como por ejemplo la creación del Día Mundial de la Urticaria Crónica, que se celebra cada año el 1 de octubre.