¿Qué es el masaje sueco?
De todos los tipos de masaje existentes, el masaje sueco es sin duda el más conocido y el más practicado, tanto es así que se le conoce como «masaje tradicional» o «masaje clásico» en los centro de masaje y spa donde es ampliamente practicado.
Este tipo de masaje fue desarrollado por el fisioterapeuta sueco Per Henrik Ling a principio del siglo XIX, quien hizo de la gimnasia medicinal su especialidad. Él desarrolló y enseñó algunas técnicas de influencia oriental, originarias principalmente del «Tui Na», el masaje chino. Estas influencias de la filosofía asiática provocaron en su momento burlas y críticas por parte de sus colegas médicos, sin embargo, él estaba fuertemente convencido de la importancia de pensar en el cuerpo, favoreciendo «una mente sana en un cuerpo sano».
El masaje sueco está destinado a aliviar todo el cuerpo mediante la relajación de los músculos y permitiendo que el oxígeno fluya más fácilmente mediante la estimulación de la circulación sanguínea. La relajación del cuerpo tiene un impacto directo sobre la disminución del estrés y, por tanto, sobre el bienestar general. La realización de un masaje presenta beneficios terapéuticos significativos.
¿Cómo se desarrolla una sesión de masaje sueco?
El masaje sueco requiere que la persona que va a recibir el masaje se quite la ropa hasta el nivel de las nalgas para permitir un acceso eficaz a las numerosas zonas que van a ser tratadas. El masaje se realiza tumbado boca abajo con la cabeza cómodamente situada sobe un cojín o una cavidad facial, el objetivo es mantenerse lo más recto posible.
El masaje sueco en ocasiones puede ser bastante fuerte, es por ello que muchos masajistas recomiendan elegir una camilla de masaje con un acolchado muy fino para evitar el efecto rebote que puede conducir a un resultado no deseado.
Para los masajes a domicilio, una camilla de masaje plegable está especialmente adaptada para la práctica del masaje sueco, el más comúnmente efectuado.
Para realizar un masaje sueco, el terapeuta debe utilizar o un aceite de masaje para un resultado más relajante, o una loción estimulante para un masaje más preciso que requiera de un mayor control sobre determinadas zonas dolorosas del cuerpo.
El masaje sueco sigue generalmente un orden determinado en la realización de las técnicas, aunque eso puede varias según el terapeuta y las necesidades del paciente. La comunicación entre masajista y paciente es esencial para un desarrollo agradable de la sesión. Los cinco movimientos principales del masaje sueco son:
– Effleurage. Un masaje sueco comienza por esta técnica que consiste en una serie de movimientos utilizando principalmente la palma de las manos que se deslizan por toda la espalda, realizando una presión más o menos fuerte, con el objetivo de distribuir el aceite por todo el área a trabajar y preparar el cuerpo calentando y relajando los músculos.
–Pétrissage. A continuación se realiza un amasamiento de los músculos en profundidad con el pulgar y los nudillos para prepararlos para los siguientes pasos.
–Presión de punto. Se realizan pequeños golpes rítmicos sobre todo el cuerpo con el borde de las manos para relajar y estimular los músculos provocando la mejora de la circulación sanguínea.
–Fricción. A continuación, el masajista realiza movimientos de fricción circulares con las palmas de las manos a una velocidad constante para calentar y relajar los músculos que necesiten un tratamiento más en profundidad.
–Cepillado con los dedos. Con este movimiento terminamos el masaje sueco. Utilizando la punta de los dedos se realizan movimientos de ida y vuelta, también se pueden realizar con el puño cerrado. El objetivo es relajar los músculos y estimularlos. Este movimiento también se realiza para oxigenar los músculos.
Una sesión de masaje sueco dura generalmente entre 45 minutos y 1 hora.
¿Cuáles son los beneficios del masaje sueco?
El masaje sueco presenta beneficios terapéuticos de estilo físico y psicológico, y es especialmente útil para aliviar dolores y bloqueos crónicos de la espalda. Presenta la ventaja de airear eficazmente los músculos gracias a un aporte de oxígeno realizado por la estimulación de la circulación sanguínea. Al estar los músculos relajados, éstos proporcionan inmediatamente más flexibilidad al cuerpo, además de causar un estado de relajación intensa.
La sensación de bienestar que aporta el masaje sueco es perfecta para combatir el estrés, la ansiedad o la depresión.