¿Qué es el masaje hawaiano?
Esta técnica tremendamente energizante conocida también como Lomi lomi y practicada por los sanadores hawaianos está impregnada de la filosofía «Huna». Se trata de un principio hawaiano que considera que todo ser vivo busca el amor y la armonía, este masaje transmite ese principio con la realización de toques afectuosos que transportan un máximo de bondad y energía positiva.
El Lomi lomi no se ha empezado a practicar fuera de Hawai hasta hace muy pocos años. Este masaje se transmitía únicamente en el ámbito familiar, y hoy en día debemos su exportación a la gran sanadora Margaret Machado que fue la primera maestra certificada para enseñar la técnica de masaje hawaiano a personas extranjeras.
¿Cómo se desarrolla una sesión de masaje hawaiano?
Tradicionalmente, el masaje comienza con el masajista apoyando sus manos sobre el cuerpo del paciente, sin moverlas, y pidiéndole que describa los males de los que quiere deshacerse mientras respira profundamente para relajarse. Este ritual puede ir acompañado de un canto o una oración.
El paciente debe estar tumbado sobre una camilla de masaje de un solo cuerpo, primero sobre el vientre y después sobre la espalda si el masajista considera necesario tratar la zona abdominal. Los masajes son normalmente realizados de forma intuitiva según las necesidades y los males del paciente, por lo que no existen dos tipos de masaje hawaiano idénticos, sin embargo, los terapeutas están de acuerdo en la misma práctica de algunos movimientos comunes.
El masaje se realiza con las manos, los antebrazos, los codos y los puños, realizando movimientos rítmicos y fluidos. Amplios movimientos de amasado y suavizado recorrerán el cuerpo del paciente para simular un efecto de «ola» por todo el cuerpo. Varias zonas pueden ser tratadas al mismo tiempo, por ejemplo, mientras que una mano se ocupa del hombro y la nuca, la otra puede ejercer presión en la cadera. Es por ello que esta técnica demanda precisión y sobre todo experiencia por parte del masajista para conseguir una sensación de relajación intensa, dado que es difícil para el cerebro concentrarse sobre dos zonas al mismo tiempo. La persona masajeada no tiene más que dejarse llevar y disfrutar del masaje.
El masajista realiza unos movimientos conocidos como «hula» (baile hawaiano) para que el «Mana» (concepto de energía hawaiano) circula entre entre él y el paciente, y la habitación este llena de energía. Esta práctica puede además acompañarse de cánticos y de ejercicios de respiración sincronizados entre las dos personas.
El masaje hawaiano necesita que la persona masajeada este completamente desnuda, con una toalla sobre la cadera como única prenda. Las mujeres pueden utilizar si quieren otra toalla sobre el pecho, sin embargo, la zona del esternón (entre el pecho) forma parte de las etapas de cuidado.
Al tener todo el cuerpo desnudo, el masajista puede aplicar una gran cantidad de aceite de masaje. Un aceite perfumado con olores exóticos es el complemento perfecto a los aceites esenciales. Para este tipo de masaje es conveniente contar con una funda para la camilla, ya que los aceites utilizados pueden ensuciar la superficie de ésta. Las fundas de la línea K son excelentes ya que además de proteger la camilla aportan un extra de comodidad.
¿Qué beneficios aporta el masaje hawaiano?
Este masaje practicado en sus orígenes entre los miembros de una misma familia o en los templo para los viajeros de paso, tiene la facultada de hacer sentir amada a la persona que lo recibe. Las personas que realizan actualmente esta técnica reconocen su lado ritual en el hecho de que el cuerpo es tratado como algo sagrado situado sobre el altar representado por la camilla de masaje.
La tradición chamánica de Hawai reconoce una conexión entre el cuerpo y el espíritu, por lo que consideran que la tensión muscular y el estrés pueden resolverse al mismo tiempo.
Los músculos se relajan y reciben más oxígeno gracias a la estimulación de la circulación sanguínea y linfática, consiguiendo que el paciente experimente una verdadera sensación de bienestar y relajación.